SONETOS MAYO 2011

Autor: Manolo Berriatúa

SEMANA 19

Error elemental

Ridículo animal de sueños fríos,

que tuteando a la divinidad,

escupe su insolente indignidad

y adorna sus peores desvaríos.

Estúpido aprendiz, tus desafíos

son gota que pretende inmensidad,

chispazo ante la ígnea claridad

de mil soles que alumbren mil estíos.

Perfecto perdedor, carne y sangraza,

efímero y te piensas inmortal,

suspiro de la boca de un suspiro.

Te sientes cazador y, en esta caza,

cometes un error elemental:

por un amor, te pones siempre a tiro.

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SEMANA 20

Mi juego favorito

Hay un juego al que nunca me has ganado,

un juego en que se apuestan corazones,

se vence por rendir sin condiciones

el alma, el cuerpo y todo lo apostado.

Consiste en no alcanzar lo deseado,

en ser feliz con mil claudicaciones,

un juego que se juega en tus rincones:

el juego del poeta enamorado.

Y yo sigo jugando aunque la suerte

me siga sonriendo hasta la muerte:

soy un desatinado ganador

que quiere por victoria una derrota

y en tu asedio prosigue, pobre idiota,

ganando porque pierde en el amor.

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SEMANA 21

Hay tanto que abolir

Bronca pugna por ti, ¡presenten ar…!

lengua, esperma y licor…¡rien ne va plus!

no creas que no doy porque no di.

¡Qué jugoso es el coste del luchar!

Puesta enhiesta de sol, clave lunar;

no me excuso confuso… do, re, mi;

ni desnudo me escudo… sol, fa, si

en la rancia importancia del soñar.

Rojo espesor de labios… mua, mua, mua

a tumba abierta el roce, piel a piel

y un abismo procaz por descubrir.

Ronco estertor de huesos… cla, cla, cla

un vientre y otro vientre, sin cuartel

y tú y tu dios…¡Hay tanto que abolir!

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 SEMANA 22

Ilota

Por causa de locura voy perdiendo

algunos versos, besos y canciones;

por causa de tus ojos descompones

mi más firme disfraz… y voy viviendo.

Qué idiota si persisto y no me enmiendo,

y acudo a ti a y a todos tus rincones.

Volviéndome a rendir sin condiciones,

renuevo mis errores “in crescendo”.

Y en esta certidumbre de derrota

me siento tan feliz de tu condena

que no es manumisión lo que persigo.

Gloriosa servidumbre del ilota

que no sabe vivir sin su cadena,

que no sabe soñar si no es contigo.

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