SONETOS JULIO 2011 Autor: Manolo Berriatúa |
SEMANA 27
Éste
Éste empeñado en sombras de pasado, este pecio abocado a tempestades, éste untado de nada y vanidades, este cociente o resto mal restado.
Este inútil total, este dechado de plantones vitales y maldades. Éste, osamenta exenta de obviedades. Éste, agujero negro iluminado.
Éste, lujuria antigua con dos manos y un siete en el costado de babor; apóstata de prosa y vaticanos,
promiscuando entre un ay y un estertor. Este muerto tan vivo y sus gusanos se inhuman en la fosa del amor.
*/*/*/*/*
|
SEMANA 28
Corazón al azar
Corazón al azar que, de imprudente, burlas de noche y penas de mañana; si una mano de seda te desgrana, un “te quiero” te deja indiferente.
Corazón imprevisto e insurgente, experto diletante y tarambana, apenas asomado a la ventana de mi pecho que es tumba transparente.
Tú siempre a lo fugaz, siempre a lo tuyo, cumple con el desdoro de tu meta y escapa del querer que comprometa.
Compite en impostura con orgullo, puja insolente a lábiles amores y muere de inconstancia entre estertores.
*/*/*/*/*
|
SEMANA 29
Infeliz
Se equivocó al pensar que era feliz o tal vez no entendió el significado: felicidad no es nunca haber llegado, sino un camino, un riesgo o un desliz.
Con su reino, su paz, su emperatriz, su infinito y su yo domesticado, su mil por ciento y el yugo de un arado que cambia de color y de matiz.
Con su esperma al azar, su protocolo, las cosas en su sitio y la sonrisa, de tanto usada, ya sin ningún brillo.
Se quiso refugiar en un castillo que fue de naipes, y una simple brisa lo ha dejado infeliz, desnudo y solo.
*/*/*/*/*
|
SEMANA 30
Tan jóvenes
Tan jóvenes, tan aptos, tan capaces, nos dieron la salida, y aún vivimos, pudimos volar alto y no lo hicimos, pues las alturas son para rapaces.
Tan diestros, tan siniestros, tan audaces, tan máximos, tan mínimos, tan primos: nos dieron cuartelillo y no quisimos jamás con el amor hacer las paces.
Buscando el paraíso en el subsuelo, jugábamos con Dios y, a nuestra costa, podía Él presumir de otro calvario.
Mil veces escapamos por un pelo, y al fin nos acertaron con su posta las noches, el alcohol y el calendario.
*/*/*/*/*
|
SEMANA 31
Cruzando el Rubicón
Cruzando el rubicón de tu cintura, la suerte, como tú, ya estaba echada. A toda vela, a toda madrugada emprendí tu espumosa singladura.
Cada golpe de mar fue una locura y tu vientre, salina marejada. La vida, cuerpo a cuerpo dibujada, se dejó revocar con desmesura.
Me hice fuerte en los riscos de tus senos, defendí a dentelladas montaraces el último reducto de tu ombligo.
Acaparé tu boca a labios llenos, y al fin, entre tus muslos contumaces, a plena lucidez soñé contigo.
*/*/*/*/*
|