SONETOS JULIO 2013 Autor: Manolo Berriatúa |
SEMANA 27
Dame
Dame la luz oscura que perfore mis ojos como pomas bien maduras, dame aliento de vida y de venturas, dame futuro cuando me enamore.
Dame la hoz furiosa que desflore el sagrario de tus encarnaduras, dame esperanza densa, sin fisuras, que el fondo de mi pecho condecore.
Dame aliento vital a llamaradas, curva mis rectas más inveteradas, apúntame a tu cielo sin retorno.
Dame el pan y la sal de tus caderas, la clave para esquivas cremalleras, senténciame al rigor de tu contorno.
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SEMANA 28
Batir de corazones
Los solemnes quejidos de la noche, el perfume de cuerpos en combate, la espuma de ese músculo granate que se prende en mi pecho, como un broche.
El vértigo, el silencio y el derroche evitan que la muerte se desate; no se aplaca el amor con un empate: o la dulce victoria, o el reproche.
Suavidad de unos labios complacientes, la música de crespos almidones, la Luna deshonrando nuestras frentes
con su luz y sus malas intenciones. En la calle el susurro de las fuentes, en el aire un batir de corazones.
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SEMANA 29
Sueño
Hoy sueño y se hace sueño tu mirada. Por si peco, también se hace pecado, por si yerro, se pone de mi lado, por si lloro, va y llora acompasada.
Mi sueño, en espiral desordenada, eleva lo imposible a lo esperado. Y me despierto fosco y afiebrado, para ir a recaer de madrugada…
Las pirañas del cielo con sus dientes les roen a los ángeles las alas; y tus ojos cargados con las balas
de paraísos más irreverentes, tal vez por apiadarse, los rematan. Y los dioses de sangres se arrebatan.
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SEMANA 30
Poesía
Qué mano misteriosa atrapa al vuelo el sueño que venía a rescatarme y vuelve la inquietud a desarmarme de mi escasa defensa ante el desvelo.
La grácil mariposa incita a un duelo (ya sabe que es tan fácil derrotarme) y su insolencia logra arrebatarme aupándome en sus alas hasta el cielo.
Suspiro atronador de musa esquiva que restalla en la noche de etiqueta y te deja el silencio en carne viva.
Compañera, aunque siempre me atropellas, jamás me quejaré, porque un poeta no traiciona, durmiendo, a las estrellas.
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SEMANA 31
Cambalache
Yo le cambio a la noche cada día unas horas por tres o cuatro versos y, si hay Dios, diez mil y un universos por la luz de una sola poesía.
Yo le cambio a la vida, todavía, diez años por los vicios más perversos, su cara por su cruz y sus anversos por reversos de fértil villanía.
Yo cambio la decencia, el acomodo, la paz del humanoide satisfecho, el huésped que malvive por mi pecho,
la risa, la salud, el alma, todo aquello que disfraza mi esqueleto por la herida flagrante de un soneto.
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