SONETOS SEPTIEMBRE 2013

Autor: Manolo Berriatúa

SEMANA 36

 

Pizarra

 

Sujetos, complementos, predicados,

un diptongo, dos ríos, tres ciudades,

decenas y centenas y unidades,

sumas, restas, enteros y quebrados.

 

Las tres virtudes, Dios, siete pecados

conviven sin pudor ni hostilidades.

Ventana primordial, tus vanidades

acaban encalando entarimados.

 

Borrada su vocal, quedó un acento

huérfano, que ha perdido su sustento,

escasa cicatriz para una herida

 

que en blanco beso le dejó la tiza

antes de entre chirridos, enfermiza,

dejarse en polvo cultural la vida.

 

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SEMANA 37

 

El cisne y el poeta

 

La muerte se hace arpegio en la laguna

y el crepúsculo leve de las rosas

se esparce en mutiladas mariposas

que en un ala basaran su fortuna,

 

para ir a dar en tierra una por una,

como lágrimas púrpura, sedosas

espumas de los ojos de las diosas

que amortiguan los pasos de la Luna.

 

Ha cuajado la noche en terciopelo,

en un réquiem de pluma la belleza

y en espejo rasgado la tristeza.

 

Así, el poeta entrega, último vuelo,

su verso, mudo canto de sirena,

al frágil pergamino de la arena.

 

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SEMANA 38

 

El Jardín

 

En el jardín brillaba nuestra estrella,

la más pequeña pícara y sonriente,

que detrás de una nube complaciente

cómplice del amor ya no destella.

 

Pero el flash de una pérfida centella,

surgiendo, raro sol, desde poniente,

lanzó su fogonazo incandescente

e incendió de rubores a la bella.

 

El tictac de sus pasos y el sendero,

sus dudas, su retorno, mi te quiero

y un beso en la penumbra recobrado...

 

No pudo ese fugaz trazo de cielo

deshacer con su guiño nuestro anhelo,

y floreció el jardín: rosa y pecado.

 

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SEMANA 39

 

Sonetero sediento

 

Yo soy sediento sonetero al uso

que exuda endecas cual sudores fríos,

que ensucia versos con sus desvaríos,

que muda lo sencillo a lo confuso.

 

Pescador de vocablos en desuso

herido por catorce escalofríos.

Me enroco en textuales extravíos

a escondidas de mí, como un recluso.

 

Qué idea tan estúpida y extraña

cambiar sueño por líricos enredos

o adjetivos rotundos y perfectos.

 

Y aquí estoy con mi tos y mi migraña

y callos en las yemas de los dedos,

que el escandir conlleva sus efectos.

 

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