SONETOS AGOSTO 2014

Autor: Manolo Berriatúa

SEMANA 31

 

Lecho de arena

 

La tarde comenzaba a declinar,

el sol y tu recato se escondían,

los campos y tu pecho compartían

olores de jazmines y azahar.

 

De pronto un beso, un vértigo y el mar.

El pecado y la gloria se fundían,

las estrellas callaban y rendían

pleitesía a tus ojos al brillar.

 

La noche se humillaba ante tu pelo,

las olas suspiraban al romper.

A nuestra lid de amor, lecho de arena.

 

Si estar contigo no es llegar al cielo

el Otro que me puedan ofrecer

jamás ya para mí valdrá la pena.

 

*/*/*/*/*
 

SEMANA 32

 

Esquizofrenia

 

Yo tenía dos pares de zapatos:

Unos para el camino preparados;

otros cómodos, viejos y gastados

de ningún sitio y de soñar a ratos.

 

Yo tenía deseos insensatos,

bulliciosos, carnales, desbocados;

y otras veces deseos recatados,

comedidos, excelsos, timoratos.

 

Yo tenía también dos corazones:

El uno aventurero y diletante,

prestidigitador del no es bastante.

 

Y el otro, que buscaba en los rincones

de mi pecho el compás de tu latido

para darle al amor algún sentido.

 

*/*/*/*/*

 

SEMANA 33

 

Desesperación

 

Era de esperma triste la mañana

y se rindió al fracaso sin un rezo,

sin lágrimas que engrasen su tropiezo,

con espasmos de rabia y de desgana.

 

Se embozó la mentira en la sotana

y la resignación en un bostezo.

Se ha cubierto la copa del cerezo

con flores de insensible porcelana.

 

Cómo puedo intentar un padrenuestro

si hay un niño llorando en cada esquina

y hay un infierno en cada corazón.

 

Cómo seguir los pasos de un maestro

que encadena a su pueblo en la sentina

y usa más el castigo que el perdón.

 

*/*/*/*/*

 

SEMANA 34

 

La una

 

La una de la mañana es una hora

tan simple que parece estar de non.

No se inclina a la culpa ni al perdón.

Es la hora de nadie, la deshora.

 

En ella ni se sueña, ni se llora,

ni se cruza el umbral de la pasión.

No se juega a una carta el corazón

ni se destapan cajas de Pandora.

 

Es tarde para el buen madrugador,

que serio, puntual y diligente

acude tempranito a sus labores.

 

Y es muy pronto para el trasnochador,

el paria y el noctívago imprudente

que tiñen con auroras sus amores.

 

*/*/*/*/*

 

SEMANA 35

 

Bandido

 

Yo fui el bandido que robó en tu lecho

ese olor de floral virginidad,

y luego se llevó, por vanidad,

el granate del fondo de tu pecho.

 

Yo fui ese cazador, siempre al acecho,

que ajeno a la virtud de la piedad

cobraba con procaz nocturnidad

la pieza que dictaba su provecho.

 

Yo que fui burlador una y mil veces

marinero en tu crespa marejada,

verdugo de tu leda ingenuidad.

 

Y ahora tú, radiante, prevaleces,

y yo, sombra a la luz de tu mirada,

me inclino con gozosa indignidad.

 

*/*/*/*/*