VA POR TI MAESTRO (4 de Mayo de 2005)

Hoy la fiesta tiene un tono mucho más sombrío, pero no sólo esa fiesta de los toros que tú disfrutabas como nadie, sino la fiesta con mayúsculas, esa FIESTA GRANDE de la vida. A la muerte, gata garduña, también supiste seducirla.

Hoy a la fiesta se le ha apagado su estrella más rutilante. El cascabel más sonoro ha enmudecido de repente. Ya nadie volverá a darle capotazos a la vida como se los dabas tú, nadie encadenará una sarta de naturales una tarde sí y otra también, con ese moreno y oro tan especial, tan tuyo.

Hoy ha habido hule. El morlaco negro de la muerte, que jamás te había ni rozado, hoy ha hallado tu pecho bien dispuesto y ha hundido sus arteras navajas en tu corazón, en nuestro corazón.

Ya nada será igual, la Fiesta se ha metido en lágrimas.  Tantas y tantas "faenas" que con ese universal "cosas de León" disculpábamos, e incluso apreciábamos, quedarán huérfanas de estilo, huérfanas sin el Maestro que las remataba como nadie.

Hoy la Fiesta de la Vida sangra por la peor de las heridas, la que no va a cicatrizar. Y esta última "faena" es la única que no podemos aplaudirte (¡¡nos has jodido bien!!). Si querías abrir la Puerta Grande del cielo, tendrías que haber esperado algunos años: ¿tanta prisa tenías por alcanzar la Gloria? ¿Tenías que ser el primero hasta en morirte?

Aunque, al final, tendremos que perdonarte. Nos costará, nos va costar mucho, pero no habrá más remedio, los que te queríamos sabíamos perdonártelo todo, y en ello estamos.

Hasta siempre, León. Hasta siempre, AMIGO.

Manolo